(Sobre el post anterior) Me acordé de Stevie Wonder ahora, porque lo vi en el concierto 'We Are One', en homenaje o celebración a Obama, antes de su juramentación como presidente gringo. Usher, Shakira, U2, Bruce Spingsteen y Stevie Wonder... no sé si hubo más gente, pero son los que encontré en YouTube. De hecho que un super show. ¡Qué ganas de estar allá y ver juramentar al Anticristo!
No puedo dejar de ver semejanzas entre el sorpredente ascenso de Obama al poder y lo que he leído siempre sobre el otro personaje base de la fé católica (además de X, claro... el que tenga entendimiento interprete la letra, porque es letra de un hombre... ja). Suena ridículo, pero no dejo de sentir una sospecha natural hacia este patita. Desde cojudeces como su nacimiento en una isla, su mezcla racial y su nombre musulmán, hasta su elocuencia y la espeluznante obamanía que se ha formado desde su postulación a la presidencia... es demasiado. Es más que una estrella de rock o de cine. Rompe récords de audiencia en sus discursos o rallies; los medios de comunicación mundiales lo adoran y apoyan cada mensaje que da; ahora apuestan por una cobertura sin precedentes de su nombramiento como presidente gringo. Finalmente, la coyuntura de mierda actual es la oportunidad perfecta para que él brille como el salvador de la humanidad. Y es esto exactamente lo que lo hace sospechoso... la gran promesa que representa para la humanidad. ¿No se supone que así vendría el Anticristo? ¿Seduciendo con sus promesas? ¡Carajo, en su último discurso, el de hoy, no pude dejar de ver a Damien Thorne! Tan elocuente, tan seguro de sí mismo, con todas esas miles de almas adorándolo, aún sin haber demostrado ningún mérito. Como senador era relativamente nuevo y no logró nada trascendente. Todo lo que tiene es la promesa de cambio; pero ¿cambio a qué?
Sobre lo de Demien Thorne: Completamente de acuerdo en que mi paranoia es alentada en parte por las películas. Sí. Pero, ¿es que nadie más ha pensado lo mismo que yo? Bueno, de hecho que sí: Googleando Obama+Anticristo resulta en 292,000 coincidencias y con Antichrist, 1'040,000. Sólo que los sites que leí divagan en cojudeces numéricas con su nombre para que salga 666; yo también puedo hacerlo con el nombre mi perro Nico. En fin... ya son más de la 01:00 y en unas horas empieza mi lunes en la oficina. Si Obama es el Anticristo, tal vez no sea tan malo. Después de todo, el Anticristo, así como el Diablo, Satanás, Belzébú, Belial, Luzbel o Tongo, es solo el último símbolo de rebeldía; de cambio ante el establecimiento vigente, que en la religión católica (su máxima expresión a lo largo de la historia) no tiene otra que representarlo como malvado. Obvio: ¡Todos contra el Anticristo... que trae el cambio y nos quita el poder!
No sé cómo terminar esto. Sólo deseo un cambio para bien en el mundo. Si Obama no lo trae, estamos todos los demás para lograrlo.
No puedo dejar de ver semejanzas entre el sorpredente ascenso de Obama al poder y lo que he leído siempre sobre el otro personaje base de la fé católica (además de X, claro... el que tenga entendimiento interprete la letra, porque es letra de un hombre... ja). Suena ridículo, pero no dejo de sentir una sospecha natural hacia este patita. Desde cojudeces como su nacimiento en una isla, su mezcla racial y su nombre musulmán, hasta su elocuencia y la espeluznante obamanía que se ha formado desde su postulación a la presidencia... es demasiado. Es más que una estrella de rock o de cine. Rompe récords de audiencia en sus discursos o rallies; los medios de comunicación mundiales lo adoran y apoyan cada mensaje que da; ahora apuestan por una cobertura sin precedentes de su nombramiento como presidente gringo. Finalmente, la coyuntura de mierda actual es la oportunidad perfecta para que él brille como el salvador de la humanidad. Y es esto exactamente lo que lo hace sospechoso... la gran promesa que representa para la humanidad. ¿No se supone que así vendría el Anticristo? ¿Seduciendo con sus promesas? ¡Carajo, en su último discurso, el de hoy, no pude dejar de ver a Damien Thorne! Tan elocuente, tan seguro de sí mismo, con todas esas miles de almas adorándolo, aún sin haber demostrado ningún mérito. Como senador era relativamente nuevo y no logró nada trascendente. Todo lo que tiene es la promesa de cambio; pero ¿cambio a qué?
Sobre lo de Demien Thorne: Completamente de acuerdo en que mi paranoia es alentada en parte por las películas. Sí. Pero, ¿es que nadie más ha pensado lo mismo que yo? Bueno, de hecho que sí: Googleando Obama+Anticristo resulta en 292,000 coincidencias y con Antichrist, 1'040,000. Sólo que los sites que leí divagan en cojudeces numéricas con su nombre para que salga 666; yo también puedo hacerlo con el nombre mi perro Nico. En fin... ya son más de la 01:00 y en unas horas empieza mi lunes en la oficina. Si Obama es el Anticristo, tal vez no sea tan malo. Después de todo, el Anticristo, así como el Diablo, Satanás, Belzébú, Belial, Luzbel o Tongo, es solo el último símbolo de rebeldía; de cambio ante el establecimiento vigente, que en la religión católica (su máxima expresión a lo largo de la historia) no tiene otra que representarlo como malvado. Obvio: ¡Todos contra el Anticristo... que trae el cambio y nos quita el poder!
No sé cómo terminar esto. Sólo deseo un cambio para bien en el mundo. Si Obama no lo trae, estamos todos los demás para lograrlo.